Historias de Septiembre.

Continuaban los preparativos para la fiesta de la primavera en el pueblo, allá a lo lejos en el tiempo. Desde mi "observatorio" infantil, retuve algunas historias que hoy tienen cierto significado real, entonces eran expresiones que llegaban a mí sin sentido, algo más como componentes de un trajín natural. Lo que voy a contarles entre otras vivencias, impactó en mi sensibilidad innata y fue así.

Rosalía Campos, había sido elegida reina de la primavera el año anterior en el gran baile del club Social. Ella debía entregar la "Corona" a la nueva elegida esa noche del día veinte. Hija de don Santiago Campos, uno de los mayores hacendados del estado de Vera, orgulloso de la familia que había formado junto a su esposa doña Carmen de Altamira. Tenía otros hermanos mayores que estudiaban en la ciudad, Juan Pablo y Gonzalo.

Los jóvenes de buenas familias querían ser aceptados en el círculo de amistades de la familia, aunque eso era un poco difícil, Rosi, como la llamaban, estudiaba mucho, le gustaba una carrera en especial: medicina, se iría el año próximo a la ciudad de Rosario donde se encontraba la facultad de medicina. Poco le interesaban los "muchachos". En esa época, si se aceptaba una invitación ya era con "fines serios", por lo tanto ese espacio quedaría postergado para ella.

Hoy rememorando aquellos tiempos, encuentro una joyita: las competencias de cualquier índole eran modeladoras de una conducta ejemplar, nadie se sentía mal por perder, todo lo contrario, aprendían del ganador, no existía el "no sabe", sí el desarrollo del empeño, dedicación, voluntad Etc. cualidades existentes como moneda corriente, muy natural donde imperaba la cultura del trabajo.

Este recuerdo se lo dedico a María Rosa Cervantes Mello, la nueva reina de la primavera de aquel año especial en Calchaquí.

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