Ruta desconocida

La realidad golpea con esa furia adjudicada a los Titanes mitológicos; siento que llegamos al fondo del abismo sin darnos cuenta, enceguecidos por vendajes que envuelven los espíritus libres de la humanidad, con un solo objetivo: ser poderoso, ¿Para qué?

Este paisaje me dice mucho sobre un camino que conduce hacia al punto lleno de misterios a descubrir. Quizás la respuesta al para qué esté implícita en la naturaleza del hombre. Como especie, dejó de evolucionar retrocediendo a su estado primitivo. ¡huy! ¡qué feo!

Pero tengo esperanzas en que en algún instante se de cuenta que al crear una máquina la habrá desprovisto de lo más significativo de la existencia: la conciencia. Lo que nos hace humanos, con todos los desperfectos de fábrica, con los desgastes del tiempo, con el uso permanente de este vehículo que nos lleva por la vida sin freno porque no se puede detener. Así de simple; en el apuro nos perdemos el paisaje y por ese motivo. Les confieso que el camino que construí a pesar de lo escabroso, tiene sus vistas interesantes, no falta en su horizonte una meta, tampoco hacia los lados la belleza de la vida, aunque quedaron escombros en su vera, documenta mi gran esfuerzo por seguir adelante. ¡Lo logré!

No lo cuento como ejemplo, en esta sencillez de ver las cosas, solo muestro cómo continuar, a pesar de lo que sea, nada viene porque sí. Poseemos lo valioso que nos da la inteligencia: SABIDURÍA. Para eso es, aprendemos en los tropezones, aunque un dicho popular nos dice: "un tropezón no es caída, es ganar terreno". Pronto publicaré la historia de vida más cruenta, con un desenlace insólito. Créanme, solo depende del esfuerzo personal lograr el éxito como persona; no depende de los demás, tampoco vale "el que me den", eso hace invalidar nuestro ser. Como dijo un filósofo: " solo conoces dos cosas en la vida: el día que nacemos y cuando nos enteramos para qué".

Hasta la próxima amigos. Un gran cariño.

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