Ciclos de vida

"Había una vez....". Así comenzaban aquellos cuentos que oíamos cuando niños, y en esos momentos nuestra imaginación se trasladaba a un lugar único y exclusivo en cada uno de nosotros, donde nos transformaríamos en esos seres que queríamos ser cuando nos quedábamos dormidos y éramos: golondrinas, mariposas, leones, tigres, peces, gigantes voladores espaciales y cuántos más sin descripción. Es por esto mismo que en un acto de rebeldía nacida desde lo más recóndito de mi ser que transformaré mis relatos plenos de pureza inocente a la realidad de este siglo XXI. 
Sí, me apena decir adiós a ese ciclo de mi vida que es el tesoro compuesto por piezas invaluables y son mi riqueza actual. Es lo que me hace ser poderosa en mi mundo de cristal el cual me permite ver con claridad el cotidiano deambular de esperanzas pálidas en cada momento de un día cualquiera. 
Mi estado de ánimo de hoy,  un domingo de intenso verano que con sus caprichos de niño mimado, se presentó frío y gris, no es el más indicado para expresar con objetividad algún tema en particular. 
Escucho tantas voces declamar sobre las malas actitudes de tal o cual persona, como si alguien tuviese el poder sobre los demás; pero hablo del poder:  Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien cree que tiene para mandar o ejecutar algo, como los inventados dioses de la antigüedad.
Sin embargo, la civilización no avanza, retrocede con disfraces, se ha extraviado en el trajín de la velocidad por vivir. Alguna vez expresé una inquietud: ¿Hacia dónde se fue la sonrisa en mi país? Y fue ganando territorio la tristeza, el enojo, la ira, el deseo de destruir lo que sea. Veo con pena que en general, las personas van dejando de ser personas y sumirse en la frialdad de una máquina. Ha perdido en el camino su finalidad. Aún más trágico lo fundamental para la existencia: EL AMOR.
El verdadero sentido de la vida, lo que debe protegerse siempre a pesar de los avatares de ser la criatura más conflictiva de la creación. SER HUMANO.
Es difícil, pero no imposible sobrevivir a las ambiciones personales. Observo en general, la vida en derredor, la mía se parece tanto a todas, porque en definitiva, todos tenemos un poco de cada quién y las afinidades nos unen o separan, pero olvidamos con frecuencia que poseemos la herramienta más poderosa: el pensamiento.
Aunque a pesar de pocos, la vida continúa y sé que vendrán tiempos en que la racionalidad como la conciencia volverán a reinar en cada ser individuo, entonces las máquinas serán solo eso: máquinas.
Como ven amigos, solo expreso esto que me pasa hoy, y no es un capricho de alguien que quiere ser escuchado, no, tengo la libertad bien entendida de contar solamente un estado de ánimo, tal vez en el devenir de las próximas horas, algo ocurra que el sol del alma aparezca y haga brillar mis esperanzas de ver a alguien sonreír en paz.

Hasta la próxima mis amigos.
Los quiero.


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