Un evento importante en el pueblo.

   Esto ocurría todos los años entre otros acontecimientos sociales: festejar la llegada de la primavera. No era una fecha más como en la actualidad, todo lo contrario, el pueblo se preparaba para esta gala: 21 de Septiembre, significaba nada menos el comienzo de la vida; la misma naturaleza indicaba ese inevitable hecho: aparecían los primeros brotes por doquier, sumado al aroma de las flores, en particular el de los azahares; la competencia entre las amas de casa, había comenzado, el objetivo era lograr el jardín... La plaza, única, bien cuidada renacía esplendorosamente para continuar con la calificación de la mejor de la zona norte de la provincia, bueno, eso decían muchas personas que viajaban a otros lugares o quienes la visitaban específicamente para corroborar... en fin.
   Los días ya eran más largos, el sol regalaba temperaturas cálidas y las aves interpretaban con su trinar, melodías en todos los tonos que solo ellas comprendían; las chicas quinceañeras, emocionadas hacían preguntas a las señoritas que ya habían vivido la fiesta el año anterior. Se trataba de EL GRAN BAILE  en el club social y, como diría Doña Cele, solo para los socios. 
   Los preparativos comenzaban desde la primera semana del mes, en la mayoría de los hogares las damas elegían modelos de vestidos de noche elegantes, en los catálogos especializados en moda. Respecto a la vestimenta  para los jóvenes, debían lucir trajes, (lo que en protocolo social de aquel entonces era obligatorio), tenía una gran importancia, ellos harían su debut en sociedad. Quienes habían cumplido los dieciocho, se sentirían orgullosos de tener la oportunidad de estrenar traje, sí, el primer traje, con corbata, zapatos brillosos, negros o marrones, clásicos, se comprarían en Santa Fe, la capital.  Mi papá encargó a la joyería para mi hermano mayor, los gemelos de oro con las iniciales grabadas para los puños de la camisa blanca que luciría. (Es que ya había cumplido la mayoría de edad). Ni qué decirles del vestido de noche que mamá se hacía confeccionar con la modista de alta costura: Doña Ina Alarcón,  a quien ese acontecimiento le proporcionaba muchísimo trabajo.
   Aquel día Viernes por la tarde, cuando mamá me mostró la revista de modas para que eligiese un modelo, me emocioné, era la primera vez que podía elegir, el ofrecimiento me indicó la llegada a la pre-adolescencia. Menciono este momento por ser único en la que creía todavía era niñita y podía aun jugar a las muñecas; aunque no podía saberlo entonces pues sería mi última asistencia a esa fiesta tan importante.
El gran descubrimiento.
   En la próxima les seguiré contando cómo fue la gran gala de aquel 21 de Septiembre guardado en mis recuerdos y mostrar un poquito las cosas olvidadas...
Gracias.
Un abrazo

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