La reina de la primavera en Calchaquí, hace tiempo...

A un costado de la ruta 11.

Volviendo a aquél mes de Septiembre en Calchaquí, a mediados del mismo, seguían los preparativos para el festejo y además la elección de la reina de la primavera. En esa zona de la provincia, se habían radicado mucho tiempo atrás, inmigrantes generalmente suizos, rusos, españoles, italianos, franceses, que se dedicaban a la agricultura, ganadería y diversos oficios. Transcurrieron varias generaciones desde entonces. Hago esta salvedad, porque en el conjunto de señoritas candidatas a ser preseleccionadas, la belleza de cada una hacía difícil predecir quién sería la favorita, también en todos los aspectos que la harían digna de recibir tal honor: las distinguían su conducta ejemplar en todos los ámbitos, generosa con los demás, ayudar desinteresadamente a quiénes necesitaban ayuda de todo tipo. Destacarse por sus buenos modales, ser una excelente estudiante si tenía la fortuna de serlo, no había inconvenientes, por ser así formada cada una de las jóvenes desde la más corta edad, no importara la clase social, desde el hogar, pasando por la escuela primaria, tomando el ejemplo de los adultos que con su actitud correcta daban clase de comportamiento social solo eso les permitía reunir los requisitos.  

La selección estaba a cargo de la Comisión de damas del club, tenían la ardua tarea de entrevistar a las chicas en sus domicilios, lo analizaban todo, aun las actitudes que mostraban ante las damas visitantes. En aquéllos tiempos, lo que daba distinción a una persona, era su lenguaje, cuanto más amplia y variada la selección de palabras, decían mucho del nivel cultural de las personas. Una de las costumbres predilectas familiares, era la lectura, con horarios especiales para hacerlo. En general solo describo un panorama de costumbres de los tiempos donde la familia era toda una Institución.

¡LLEGÓ POR FIN EL DÍA DE LA PRIMAVERA!

Muy interesante ver el movimiento de la gente caminando rumbo al club vestidos con sus mejores galas. La noche regaló una cálida cobertura de primavera recién nacida. En la puerta de entrada al edificio estaban algunos señores de la comisión recibiendo a los invitados, dentro del local, en la gran pista exterior las damas ubicaban a las personas alrededor de mesas redondas, cubiertas con blancos manteles bordados a mano. Cuando todo estaba listo, hacían su entrada las candidatas anunciadas por el locutor elegido. Naturalmente, una orquesta contratada, ejecutaba música suave para ambientar la cena. Luego se procedía al desfile de las chicas, todas vestidas de color blanco, sus trajes largos, amplios, manos cubiertas con guantes también de ese color, llevando una rosa roja, peinadas prolijamente, con un andar de verdaderas princesas; toda la femineidad puesta en cada sonrisa delicada que marcaba su personalidad.
Y fue la elección, la misma recayó en una jovencita de condición humilde, quien estudiaba en el colegio profesional de mujeres, además de dedicarse a coser ropa para los niños más humildes de la escuela. Su papá trabajaba en el campo cuidando animales, la mamá se dedicaba a los trabajos domésticos  y a cuidar a sus hermanitos menores, cinco en total. En la casa había una máquina de coser que le había regalado su “Patrona”. Fue un gran orgullo enterarse de la coronación de su hija.
Rosaura García, no me olvidé jamás de su nombre, bellísima y muy querida por todos. Recibió como premio una beca para estudiar en el Instituto de “La inmaculada Concepción” de la ciudad de Vera. El título a obtener era el de maestra normal.  Con el tiempo supe que sí se recibió. Ejerció en el mismo pueblo, continuó estudiando en la capital asistiendo a la facultad de Derecho y hoy es una abogada que se dedica asistir a personas que no pueden contratar a nadie. 
Vive bien, feliz, tiene una hermosa familia y todo parece un cuento.  FUE REAL.

¡FELIZ PRIMAVERA PARA TODOS!


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