Aquella función inolvidable
En los tiempos de cuentos y barriletes, de risas, imaginación expuesta cuando nos preguntaban: "¿Qué quieres ser cuando seas grande?" y teníamos respuestas sorprendentes, tanto, que por momentos, los adultos se imaginaban siendo padres de doctores, abogados, ingenieros, científicos hasta las más osadas profesiones como ser artistas en todos los campos etc. En ese acontecer de una tarde pueblerina, a la hora de ir a jugar, naturalmente podía ser un sábado o domingo, indistinto para nosotros, los chicos, los niños, los compañeritos de escuela, ¡Todos! Nos reuníamos en algún lugar de los patios de la casa, tampoco era cuestión de jugar en lugares desconocidos, observados siempre por algún mayor; podía ser el hermano que ya había cumplido la mayoría de edad y se le otorgaba la responsabilidad de ser "El mayor" el cual estaba autorizado a dar órdenes si cabía la ocasión. En algún rincón de la galería adyacente, estudiaba, en realidad nos cuidaba celosamente, sintien